martes, 3 de febrero de 2015

¿Por qué acudir a tratamiento psicológico?


Por: Psic. Leticia García

Es muy común que una de las circunstancias que llevan a cualquier persona a pedir cita con un doctor es una molestia. En la mayoría de los casos, la cita se pide cuando la molestia ya es prácticamente insufrible o bien ésta, ha entorpecido otras áreas o habilidades del individuo, llevándolo a interrumpir actividades sociales o laborales. Cuando hablamos de una afección física que es el ejemplo que mejor se equipara con lo que  se vive en cualquier consultorio,  encontramos que por lo general se llega  con la expectativa de sentir un alivio inmediato ante el malestar que se ha venido sufriendo por días, meses y en ocasiones por años.

En la práctica psicoanalítica el motivo de consulta no es muy diferente. Cuando las personas llaman, se debe por lo general  a que el sufrimiento psíquico se ha vuelto  insostenible. Este sufrimiento es en su mayoría causado por pérdidas constantes de personas queridas, problemas en el trabajo, presencia de relaciones conflictivas, carencias de cualquier tipo o sensaciones abrumadoras como estrés, tristeza, apatía, miedo, etc.

Es importante tener en cuenta que en todo proceso de cura o alivio, incluso en  el campo de la medicina, se lleva un periodo de tiempo. En el campo médico, es mas fácil hablar de tiempos preestablecidos pues, al usar medicamentos que tienen un ciclo específico de acción se puede tener una expectativa temporal mas certera, aun así, no en todos los casos es igual. Sin embargo, al hablar de un proceso analítico, que implica el trabajo con y en relación a la mente humana, existen diversas condiciones que propiciaran o entorpecerán el avance del tratamiento. Una da las condicionantes para que un tratamiento funcione es el compromiso de la persona, asistir a sus consultas de manera regular dando prioridad a su cura o alivio.

Por otro lado, nos encontramos con las herramientas con las que la persona cuenta al iniciar el tratamiento: si se ha dejado pasar mucho tiempo antes de atenderse, seguramente existirán mas de un par de temas urgentes  del día a día de los que tengamos que encargarnos antes de iniciar profundizar mas.

Pero ¿por qué esperar hasta que el malestar resulta insoportable? Podrían existir varias respuestas, no obstante, resalto las 3 ideas principales o con las que  me he encontrado dentro y fuera del consultorio, es decir, prejuicios que promueven postergar acudir a un tratamiento.

La primera y tal vez mas común, es el desconocimiento de la importancia de una prevención adecuada de la salud mental.  Aun cuando la vida resulta entorpecida de manera inminente en nuestro día a día debido a una tristeza extrema, insomnio, inseguridad o alguna problemática de corte psicológico, se sigue pensando que la salud mental poco o nada tiene que ver con el rendimiento práctico de las personas. Esta creencia no puede ser mas errónea.

¿Cuantas veces no hemos escuchado cosas como: "Pero ¿a poco estaba tan mal que hasta fue a terapia?" Volviendo al ejemplo de la salud física, es otros países se acostumbra realizarse un chequeo médico anual como parte de una buena prevención, evitando acudir al médico hasta sentirnos mal o enfermos. Un espacio terapéutico no solamente es para gente que ya no puede mas, es un espacio de escucha y auto conocimiento. Entre mas tiempo deje pasar la persona, para atenderse, mas difícil le será prevenir alguna situación grave o complicada en su vida. Cuando hablamos de salud mental resulta también importante acudir a tratamiento psicológico mucho antes de sentir un malestar insoportable o paralizante. Cuando existe una situación repetitiva de crisis personal, o de pareja por ejemplo o bien, antes de perder algo o a alguien importante para nosotros.

“Se debe acudir a terapia solamente cuando ya no pudimos solos”
Existe la idea a nivel popular, de que no poder solos, significa un fracaso rotundo o un reflejo de debilidad, cuando significa exactamente  todo lo contrario. El no pedir ayuda es por lo general, un gran terror a abrir temas en los cuales hay pasajes de nuestra vida o sentimientos olvidados que generan confusión, dolor, tristeza o desesperación aprendida por generaciones.

A veces, la resistencia a acudir a tratamiento psicológico, es mucho mas el miedo que yace debajo, el temor de salir de una zona conocida en donde, aun cuando la persona se haya acostumbrado y le resulte aparentemente  cómoda, no le represente desarrollo alguno a nivel personal. La idea de que quien pide ayuda es débil es totalmente falsa pues pedir ayuda implica cambiar y moverse. Es justamente el movimiento lo que duele, por ende si lo vemos de manera mas objetiva, quien pide ayuda es valiente al saber que se enfrenta al movimiento, a lidiar con cosas difíciles, que es lo que se hace en un proceso de desarrollo personal o terapéutico. Al rehabilitar areas psíquicas que habían estado adormecidas por lo poco que habían sido utilizadas o lastimadas, suelen despertarse también viejos sueños, ideales, que pueden cuestionar relaciones con personas que hoy en dia creemos indispensables pero también reencontrarnos con quienes somos y por ende con nuestra tranquilidad. 

Es por eso que, una vez iniciado el tratamiento, no hay que desesperarse. El espacio terapéutico es entre otras cosas un espacio de escucha en donde la persona podrá entenderse de forma diferente y ver no solo problemas para poder resolverlos, sino también áreas muy positivas y agradables que tal vez estén pasando desapercibidas en medio de tanta confusión, angustia o apatía. 

Imágen tomada de: http://depsicologia.com/miedo-al-miedo/sintomas-de-ataques-de-panico/#content_attach

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