En vísperas de año nuevo, aquí en el occidente compartimos un rito con China y Japón, en el cual, se hace una profunda limpieza en casa, tirando cosas viejas y limpiando de forma exhaustiva todo lo que se decide preservar dejando así un espacio para las cosas importantes y las nuevas. A manera de analogía, en casa, tal como en nuestras vidas es recomendable desechar eso que nos resta espacio o energía para dar espacio a nuevas experiencias y posibilidades.
El año venidero implica un cierre de ciclo acompañado siempre de la promesa o fantasía de que al llegar un nuevo ciclo, comenzará con este una vida totalmente nueva, lo cual puede hacer que esta fecha sea aun más pesada de lo que aveces estemos preparados para costear tanto a nivel emocional como económicamente hablando.
Uno de los resultados de este alto nivel de expectativas y gastos desmedidos y uno de los resultados es por ejemplo, la alza de depresión en esta temporada que se presente en estas fechas de cierre de año y reuniones navideñas, ya sea por soledad, ya sea por deudas u otro tipo de situaciones. Poder ver que en estas épocas existe una tendencia cultural a gastar, prometer y fantasear de manera desmedida nos brinda la posibilidad de poder hacer un alto o manejarlo.
El año venidero implica un cierre de ciclo acompañado siempre de la promesa o fantasía de que al llegar un nuevo ciclo, comenzará con este una vida totalmente nueva, lo cual puede hacer que esta fecha sea aun más pesada de lo que aveces estemos preparados para costear tanto a nivel emocional como económicamente hablando.
Uno de los resultados de este alto nivel de expectativas y gastos desmedidos y uno de los resultados es por ejemplo, la alza de depresión en esta temporada que se presente en estas fechas de cierre de año y reuniones navideñas, ya sea por soledad, ya sea por deudas u otro tipo de situaciones. Poder ver que en estas épocas existe una tendencia cultural a gastar, prometer y fantasear de manera desmedida nos brinda la posibilidad de poder hacer un alto o manejarlo.